Esta es la primera entrada de mi nuevo blog. Acabo de empezar a escribir este nuevo blog. ¡Mantente al día para leer más entradas! Suscríbete a continuación para recibir notificaciones cuando publique nuevo contenido.
Muy buenas, me llamo Patricia María Illescas, pero mis amigos me conocen como Patricia asecas. Me presento no porque me paguen por hacerlo, sino porque me voy a convertir en una persona importante en tu vida. Lo digo con firmeza porque es verdad. Y no, no es porque vaya a entrar en tu familia con la fuerza de una ola o porque vaya a sustituir a tu mejor amiga de la infancia para aconsejarte en momentos difíciles de crisis existencial y/o amorosa mientras comemos helado viendo películas de Julia Roberts. Voy a convertirme en algo más práctico y a la vez, más mágico. Voy a ser una especie de hada madrina, que con ayuda de sus poderes, hará del día de tu boda el más memorable de tu vida y de la de todos tus invitados. Ahora mismo seguro que estás pensando: “esta chica es una cursi que va a comisión con Mr. Wonderful y me va a vender cuatro consejos en rosa pastel para celebrar mi enlace, que es mío y de nadie más”. Calma. En primer lugar, ojalá fuera a comisión con esta marca porque tengo entendido que pagan muy bien. En segundo lugar, digo que me convertiré en tu hada madrina porque a (casi) todas las chicas y cada vez más a chicos, les ha ocurrido que en su subconsciente, noche tras noche se repite un sueño de esos que parecen estar hechos de miel, algodón de azúcar y demás cosas dulces. En ese sueño se sienten príncipes y princesas, rodeados de gente que les quiere y les alaba y donde todo gira en torno a ellos/as. A lo mejor es un sueño un tanto egocéntrico… pero oye, que nos quiten lo bailao’, a veces hay que mirar por uno mismo y el día de tu boda no solamente te permitirá hacerlo, sino que te dará la oportunidad de sentirte como un auténtico miembro de la realza literaria. Y claro… ¿Qué es un príncipe o una princesa de cuento sin una hada madrina en condiciones que le asista y mire por ellos/as? Pues nada. Porque todos necesitamos un poco de
ayuda de vez en cuando. Cuando se trabaja en equipo es cuando se crean cosas grandes. Y además, un toque de magia no viene nunca mal. Por eso es importante que cumplas una sola condición: dejarte ayudar y asesorar. El enlace es tuyo y tú serás la persona que más brillará ese día… pero confía en mí. Si tienes ilusión y confías en mí, todo irá rodado, como en una carroza de esas chulas tiradas por cien caballos blancos. Si ya te he convencido (alguna vez me ha pasado que la gente no ha llegado a leer hasta aquí, pocas pero alguna) solo me queda aclararte porqué soy, en toda regla, el hada madrina adecuada para ti. Además de ser una chica romántica empedernida y apasionada, también me considero una mujer muy organizada y sociable, capaz de levantar cualquier tipo de evento. Y lo más importante, tal y como podrás ver en este blog, tengo experiencia, tanto externa… como propia. Por eso, me vas a permitir que deje estas últimas líneas reservadas a contarte una historia: la mía propia. Mi actual marido me pidió matrimonio hace ya un año. Lo hizo en un mirador con unas vistas espectaculares: la falda de la sierra frente a la llanura manchega en pleno atardecer estival se convirtió de nuevo en testigo natural de nuestro amor. Y digo de nuevo porque fue allí mismo, seis años antes, cuando todavía usaba aparato dental, donde me pidió salir como novios. Creo que no hay lugar más especial para mí en la Tierra. Los meses pasaron rápidos y cuando los copos de la nieve navideña todavía no habían desaparecido, me di el “sí quiero” en la ermita de la Virgen de la Sierra, patrona de mi pueblo. Un lugar tan natural como nuestro testigo y que bien podría haber aparecido en cualquier comedia romántica estadounidense. Y para finalizar, en otro mirador, como no podría ser de otra manera, bailamos hasta que nos dolieron los pies y comimos y bebimos hasta no aguantar más. Todo el complejo estuvo engalanado de ramas y brotes de olivos, homenajeando así a mi familia, que vive de eso. Y yo, radiante, como nunca antes lo había estado. Por fuera y por dentro. Externamente con un vestido con capa, adornado con una corona de ramas de oliva de hojas alargadas. Internamente, con la seguridad de estar cometiendo el mayor acierto de mi vida. Pero querida/o novia/o, esta es mi historia y fue preciosa, sin embargo… va siendo ya hora de que nos pongamos con otra gran aventura. Así que coge toda la fuerza que tengas a mano, toda la ilusión del mundo y una pizca de paciencia (que de la magia ya me ocupo yo), y vamos a construir una nueva historia. La tuya.